" Cuando era muy pequeña, me gustaba jugar con la inocencia propia de ese periodo. Unas veces me convertía en un policía que corría tras los malos, y otras me dedicaba a ser la mamá de mis muñecas.
Cuando cumplí los 26 años, mis metas eran sacar mi doctorado y conocer el amor…y ahí aprendí mi primera lección: a veces no consigues todo lo que quieres.
Cuando cumplí los 31 años, mi doctorado se alejaba cada vez más, pero me propuse que mi sueño de ser mamá no iba a perderlo...y ahí llegó la segunda: nunca te olvides de tus sueños ni los escondas en el fondo de tu corazón por hacer felices a otros.
Así, fue pasando el tiempo, y un día me desperté dándome cuenta que, difícilmente podría ser madre tal y como yo había siempre soñado…y ahí llego mi tercera gran lección, que es la que relato a continuación: hay muchas maneras de disfrutar la maternidad porque…
Sí, duele mucho ser mamá en cualquier piel que uses en ese momento, en tu momento.
Duele esperar un positivo que no llega.
Duele escuchar el llanto de otro hijo que no es el tuyo, y mirar tus brazos y verlos vacíos…
Duele mirar la ropita que has ido guardando, esperando a alguien que pueda lucirla…
Duele pensar que nunca lo verás crecer porque tan solo existe en tu corazón…
Pero un día, cuando te decides a criar, amar y educar otra piel, otros ojos, otros brazos que nunca han sido sangre tuya,
Te das cuenta que el dolor de ser mamá es exactamente igual, ya que sufres del mismo modo que ves sufrir al resto de las madres.
Porque, aunque no hayas parido ni esperado nueve meses, llevas esperando toda una vida y de la misma manera
Te duelen sus miedos,
Te duele cuando tienes que decirle que No,
Te duelen todas y cada una de sus caídas y sufrimientos
Te duele pensar si lo estarás haciendo bien o mal…esa incertidumbre tan familiar….
Te duele sentirte juzgada…y como pesa ese sentimiento….
Te duele cuando ves que ya no te necesita del mismo modo y que va en busca de su propio destino…
He tenido el privilegio de ser madre de una manera diferente, pero igual de maravillosa y plena que la “tradicional”, y repetiría mil veces el camino que he tenido que transitar desde hace algo más de diez años, y no cambiaría ni un solo paso.
Dedicado a todas aquellas que somos Madres de la mejor manera que pueda existir: desde el corazón.
Fdo.: Inmaculada, 42 años (Sevilla)."
Comentarios
Publicar un comentario